El tiempo que pasamos con nuestros hijos no tiene precio. La sociedad nos hace creer que necesitamos muchas cosas, yo sin embargo opino que necesitamos tiempo, tiempo para criar, para alimentar la conexión con nuestros niños y permanecer en contacto con ellos.
Cuando nace un bebé nos ocupamos de comprar todo lo necesario para criarle. Realmente es lo que nos han querido vender como necesario y que ciertamente no lo es. Un bebé recién nacido necesita bien poco: mucha teta, muchos brazos, mucho piel con piel y muy poquitas cosas más. Sin embargo, compramos cuna, carrito, bañera, andador, cambiador, interfono, humidificador, muchos productos para el baño, ropa por si nace demasiado grande, ropa por si nace demasiado pequeño… El niño todavía no ha nacido y los padres ya pensamos que para tener un hijo necesitamos mucho dinero. Pues bien, no es cierto. Para tener un hijo necesitamos TIEMPO, MUCHO TIEMPO.
¿Cómo sacar tiempo cuando se tiene poco tiempo? La mayoría de los niños cuando cumplen 3 años ya están escolarizados. A sus actividades escolares solemos agregarles otras más. Queremos que aprendan inglés, que jueguen al fútbol, clases de natación y fiestas de cumpleaños. ¿Qué tiempo nos queda para disfrutar tranquilamente de nuestros pequeños?
Los adultos vivimos muy deprisa y arrastramos a los niños con nosotros. Los niños crecen y el tiempo pasa. En muchos casos el día a día de las familias es un no parar. Salimos temprano de nuestras casas, volvemos tarde y toca el baño, la cena, preparar la ropa del día siguiente…No estamos enseñando a nuestros hijos a saborear con calma cada momento y nosotros nos estamos perdiendo su infancia sin apenas darnos cuenta.
Con este artículo sólo quiero invitar a la reflexión. He pensado muchas veces que un día miraremos atrás y no nos hará felices el dinero que hayamos ganado ni los bienes que tengamos. Nos hará realmente felices pensar que criamos a nuestros hijos con calma y disponibilidad.
Dedicar momentos únicos y especiales a conversar con nuestros hijos, pasear con ellos, crear y jugar, sobre todo JUGAR. Estar juntos en casa muchas veces no equivale a estar juntos realmente. Porque cuando mis hijos y vuestros hijos crezcan recordarán el calor de vuestros brazos, los juegos compartidos, el olor de vuestra piel, los cuentos en la cama y el tiempo que hayamos pasado con ellos.
Actualmente nos domina la escasez de tiempo. Vivimos por y para el trabajo, pero no sólo por el tiempo que invertimos en él, sino porque arrastramos nuestras preocupaciones en nuestras horas libres y esto afecta nuestras relaciones afectivas.
Conciliar, esa conquista diaria
Podemos conseguir lo que nos propongamos. Podemos ser unos padres y unos profesionales excelentes, pero todo al mismo tiempo es muy difícil. Compatibilizar la paternidad (sobre todo la maternidad) y el trabajo fuera de casa es estresante, pero debemos mentalizarnos para reservar un tiempo libre que, aunque escaso, sea gratificante.
Descanso y/o desarrollo personal
Tumbarse a la bartola, aunque no suele estar muy bien considerado, a veces resulta imprescindible para desconectar y relajarse. Reuniones con familiares o amigos rellenan los momentos libres y dan protagonismo a la comunicación con los demás. El tiempo libre encaminado a conseguir determinados conocimientos o capacidades, está bien, pero siempre y cuando no se ejerza una tutela exagerada, pensando que siempre hay que realizar algo práctico. En el tiempo libre se ha de conseguir un equilibrio entre el relax y el aprovechamiento del tiempo, de modo que siempre sea gratificante para ambas partes. Si supone un sobreesfuerzo, será una obligación, no ocio.
Sobre gustos no hay nada escrito
No todo el mundo emplea del mismo modo el tiempo disponible. La elección de las actividades dependerá del deseo que queramos satisfacer, y esto variará en función de una serie de factores: tiempo disponible, edad del niño, carácter de las personas, especialización profesional, espacios disponibles.
La elección de actividades en el tiempo libre
El tiempo libre debe despertar interés y entusiasmo, debe ser estimulante, permitir el diálogo y la participación en un clima de confianza y respeto y debe evitar condenar y prohibir continuamente. Podemos pasarlo bien en casa o fuera de ella. En la ciudad o en contacto con la naturaleza. Podemos planificar un sinfín de actividades siempre limitados por las necesidades lógicas de cada edad-, pero sobre todo debemos improvisar si queremos dar respuesta a las necesidades que van surgiendo. El tiempo libre debe estar lleno de naturalidad, espontaneidad, y sobre todo, mucho afecto.
-Disfrutar de tiempo de calidad, aporta importantes beneficios a toda la familia
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Mejora el clima y la comunicación familiar.
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Incrementa los vínculos afectivos.
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Fomenta el desarrollo de los pequeños: físico, social, afectivo, cognitivo, etc.
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Se favorece el conocimiento mutuo. Consigues conocer mejor a tus hijos y ellos a ti.
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Se generan aprendizajes mutuos, ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos.
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Contribuye a liberar el estrés y la tensión. Divertirse juntos y hacer actividades de forma que podamos disfrutar de ellas nos ayuda a todos a liberar tensiones.
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Aumenta la confianza, la seguridad y la autoestima. Los niños y niñas se sienten queridos y seguros.
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Se desarrollan las habilidades sociales, ya que es un tiempo en el que los pequeños se relacionan.
Elegir los juguetes que realmente necesitan
El juego en compañía es la mejor modalidad puesto que fomenta muchas habilidades sociales pero el juego individual a través de juguetes ya sean educativos o no aportan otro tipo de habilidades de igual valía. Cuando regalamos juguetes a nuestros hijos debemos elegir siempre aquellos que estén adaptados a su edad, juguetes que les ayuden en su crecimiento y desarrollo, pensados para evolucionar como personas, y mejor todavía: juguetes que les inviten a usar la imaginación y a colaborar. Un buen ejemplo son los juegos de mesa, que enseñan al niño a compartir, a interactuar con otras personas, a respetar unas normas y unos turnos, a tolerar la frustración y a saber ganar o perder.
Por último y no menos importante, otro aspecto a tener en cuenta a la hora de elegir juguetes para nuestros hijos: el mejor juguete no es necesariamente el más caro.
Saludos y HAPPY GAMING!!!