-Hola amigos del blog. En este semana toca hablar de un tema que por suerte hoy en día y poco a poco se está superando. Es el tema del sexismo en los juguetes.
Las investigaciones han comprobado que existe más similitud que diferencias entre ambos sexos en cuanto a la elección de los juguetes. Esto entra en contradicción con algunas “normas” existentes históricamente en esta problemática del juego infantil: que a los niños les gusta más el juego activo y organizado, que las niñas prefieren los de carácter pasivo, de naturaleza generalmente sedentaria, y que estas diferencias son más notables alrededor de los 8-10 años de edad. Si bien es cierto que existen diferencias morfológicas entre los niños y las niñas, estos se relacionan mucho con el tipo de interrelación que sea habitual en el juego, y con los patrones culturales en determinada comunidad educativa.
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Cuando los niños y las niñas tienen oportunidades iguales de acceso a los diferentes juegos y juguetes, y no existen a su alrededor criterios y acciones de los adultos, prohibiendo o permitiendo uno u otro tipo de juegos, se observa que ambos seleccionan generalmente los mismos juguetes en las edades más tempranas, y que solo a partir de la edad preescolar, básicamente por el reforzamiento educativo y social es que comienzan a observarse mayores diferencias.
La experiencia del centro infantil respecto a los juegos de roles comprueba que en juegos tan típicamente denominados como femeninos, como es el de la familia o “las casitas”, cuando no existe una reprobación social, tanto los niños como las niñas participan de estos juegos, asumiendo sus roles respectivos, y manipulando indistintamente muñecas, utensilios de la cocina, juguetes y elementos de juego que reflejan las diversas acciones hogareñas: limpiar, planchar, lavar, entre otras. Esto no causa, por supuesto, problemas en la identificación sexual.
De igual manera, en un juego habitualmente considerado de “varones”, como el de los constructores, las niñas también asumen roles de albañiles, carretilleros, choferes, al igual que los niños. Es obvio que la elección de los juguetes estará entonces más relacionada con los propios intereses que determinada por los sexos.
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Los problemas de identificación sexual no están dados porque el niño o la niña utilicen un tipo específico de juguetes, esto es un efecto, y no una causa de estos problemas.
No obstante, los niños suelen ser más activos y dinámicos que las niñas, y hay investigaciones que señalan la existencia de diferencias caracterológicas, que se consolidan hacia mediados de la edad preescolar, y que como consecuencia de ello sus juegos pueden ser más movidos y menos sedentarios que los de las niñas, esta verdad evidente no tiene nada que ver con un origen sexual, sino con patrones de educación y socialización. De esta manera, aunque niños y niñas jueguen a lo mismo, y usen los mismos objetos-juguetes, el juego de los primeros siempre será de una mayor intensidad corporal y dinamismo. Lo importante entonces no es definir juguetes para niños y niñas, sino su relación con la esfera afectivo-motivacional y las particularidades físicas y motoras.
Los niños imitan todo lo que hacen los adultos, asumen los papeles que ven en casa, en el colegio o en la calle, y los reproducen fielmente. Del mismo modo, interiorizan valores que estos papeles adquieren en la sociedad. El reto es ofrecerles a los pequeños nuevos modelos de relación entre géneros. Eso no quiere decir que los niños tienen que jugar con muñecas y las niñas con coches para evitar la dualidad tradicional de “esto es de niños” y “esto es de niñas”.
El que unos juguetes sean para niñas y otro para niños es culpa de los adultos. Hay que fomentar que los niños rompan esas barreras y estimular su curiosidad por lo desconocido, lo nuevo. Esto enriquecerá a las niñas y a los niños como personas.
PODEMOS HACER MUCHO POR NUESTROS HIJOS:
Está en nuestras manos hacer ver y entender a nuesros hijos que ni un niño deja de ser niño por jugar con juguetes de “niña” como puede ser pinypon o barbie y una niña no deja de ser niña por jugar con juguetes de “niño” como puede ser los muñecos de avenger o pistolas nerf.
Podemos mejorar mucho la autoestima de nuestos hijos, si les hacemos entender que tod@s deben elegir libremente que quieren o no quieren , de este modo, ellos se sentirán más libres para elegir lo que quieren sin sentirse presionados ni por la sociedad ni por sus padres o su entorno.
Al fin y al cabo se trata de ser felices.